En la época clásica su figura gozaba de gran popularidad, pero se vio rodeada de elementos legendarios que hacen difícil establecer de manera precisa cualquier dato seguro sobre su biografía.
Las fábulas de Esopo tienen su origen en la época arcaica. Fueron recopiladas en el siglo IV a. C. por Demetrio de Falero, aunque esta recopilación se perdió. La principal colección de fábulas atribuidas a Esopo de donde se basan muchas ediciones modernas es la llamada Augustana, anónima, que algunos autores fechan en el siglo I o II y otros en el siglo V, y se complementa con otras dos colecciones anónimas, la Vindobonense, del siglo VI y la Accursiana, probablemente del siglo IX.